Cómo negocian los colombianos? Enrique Ogliastri, Ph.D.


Universidad del Valle                                                    
Facultad Ciencias de la Administración
Comercio Exterior    
Mercadeo Internacional
Profesor: Alexander Varón Sandoval
Presentado por: María Alejandra Andrade Mayor
Código: 0831525

Cómo negocian los colombianos? Enrique Ogliastri, Ph. D.
Negociar es un proceso que hace parte del diario vivir por lo cual son las costumbres y tradiciones inherentes a dicho acto que realizamos constantemente de manera inconsciente; es por esta razón que es posible definir tendencias de negociación por regiones, siendo en el caso de Colombia: el regateo.
Otros autores como Roger Fisher, reconocido profesor de la Universidad de Harvard y director de proyectos de negociación de la misma, afirma que “la negociación debe ser un proceso conjunto en el cual cada uno intenta lograr, a través de la persuasión, más de lo que podría obtener actuando por su propia cuenta”[1].
Por su parte, Ogliastri plantea en su texto, los dos procedimientos que a lo largo de la historia se vienen desarrollando como métodos de negociación.
El método tradicional (el de mayor acogida en Colombia), se  basa en la concepción de la negociación como un gana-pierde, en donde se supone debe haber un sacrificio de alguna de las dos partes, mientras que la negociación integrativa busca el beneficio mutuo, llevando a cabo estrategias que permiten la satisfacción del mayor número de intereses buscados por los negociadores.
Se dice que una negociación es buena cuando se llevan a cabo acuerdos entre las partes participantes de manera eficiente, es decir, cumpliendo los límites de tiempo, consiguiendo las tarifas adecuadas, entablando buenas relaciones interpersonales, pero sin sobrepasar la barrera y finalmente obteniendo la plena satisfacción de ambas partes.
Teniendo en cuenta el Doing Business[2] reporte elaborado por del Banco Mundial, el cual tiene en cuenta 21 ciudades de Colombia para analizar diferentes factores que contribuyen a la realización satisfactoria de negociaciones (apertura de empresas, obtención de permisos de construcción, registro de propiedades, facilidades para el pago de impuestos, operaciones de comercio internacional y cumplimiento de contratos); se encontró que las ciudades que cumplen con estas características de mejor a peor son las siguientes 1. Manizales, 2. Ibagué, 3. Pereira, 4. Sincelejo, 5. Valledupar, 6. Santa Marta, 7. Armenia, 8. Popayán, 9. Pasto, 10. Tunja, 11. Neiva, 12. Bogotá, 13. Riohacha, 14. Montería, 15. Cúcuta, 16. Medellín, 17. Barranquilla, 18. Bucaramanga, 19. Villavicencio. 20. Cali, 21. Cartagena, permitiendo esto complementar el fragmento expuesto por Oligastri acerca de las tendencias negociadoras por regiones.
Si observamos el listado encontramos que no está muy alejado de la realidad planteada por el autor ya que el eje cafetero encabeza lista, demostrando la facilidad de los paisas para dominar las técnica del regateo, común en todo el país.
Por otro lado vemos como los provenientes de la Costa Atlántica, obtienen excelentes resultados y a su vez sus ciudades ocupan buenos lugares en el ranking del Doing Business.
En el caso de los santandereanos, vemos como Cúcuta y Bucaramanga se encuentran al final del ranking, viéndose esto reflejado en los problemas al realizar todo tipo de negociaciones.
A nivel general, el país presenta buenos indicadores que lo convierten a pesar de las tendencias de sus negociadores, en un lugar propicio para llevar a cabo acuerdos y facilidad de hacer negocios, ocupando el puesto 42. Los  factores que se tienen en cuenta para ubicar al país dentro de este ranking integrado por 183 economías encontramos: apertura de un negocio, manejo de permisos de construcción, obtención de electricidad, registro de propiedades, obtención de crédito, protección a los inversores, pago de impuestos, comercio transfronterizo, cumplimiento de contratos y resolución de la insolvencia; siendo la de peor puntaje el cumplimiento de contratos, ubicándose en el puesto 149 lo cual demuestra lo expresado por los holandeses en el texto del autor.

Finalmente, vemos como a pesar de las aptitudes que tiene Colombia para negociar, siendo este un país de buenos indicadores como se menciona anteriormente, es necesario implementar medidas que rompan con las viejas tendencias y lleven a  los negociadores a adoptar el nuevo  método integrativo, el cual se vea reflejado en las utilidades y desarrollo general de cualquier empresa, mediante  acuerdos gana-gana de beneficio mutuo, llevado a cabo por la misma (negociador/a).
No está de menos recalcar que además de esto, se necesita coacción de la ley por parte del gobierno y nuevas políticas de Estado que permitan la armonía de la sociedad en general, evitando así actitudes agresivas y por lo general a la defensiva tomadas por las personas como fruto de secuestros y hechos violentos que conllevan a dicho tipo de personalidades, dificultando los procesos negociadores en cualquier región del territorio nacional.


[1] Roger Fisher (Academic)
[2] The World Bank, Doing Business Report 2012.

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